St. Petersburg, Florida, ya está luchando contra los efectos del aumento significativo del nivel del mar. TIDAL, creado por The Urban Conga, es una instalación de arte que fomenta conversaciones sobre este importante tema relacionado con el cambio climático.
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La instalación de arte TIDAL se instaló en la comunidad de Shore Acres en St. Petersburg, Florida. Eligieron esta ubicación porque ya están luchando con los efectos del aumento del nivel del mar y corren un alto riesgo de experimentar más desafíos con el tiempo.
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Si nos mantenemos en nuestro curso actual, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) proyecta que el aumento del nivel del mar en la región podría llegar a más de nueve pies para 2100. Eso es casi cinco veces el aumento promedio del nivel del mar global durante este período de tiempo. Es suficiente para causar daños catastróficos e irreversibles.

«La forma en que se presenta esta información a menudo hace que el cambio climático sea un tema desafiante que la gente quiere escuchar o discutir porque generalmente se habla de una manera que hace que las personas se sientan incómodas o abrumadas», explicaron los diseñadores.

Como resultado, TIDAL fue diseñado para ser interactivo, aprovechando puntos de datos clave de NOAA para iniciar un diálogo sobre el cambio climático en la región. El diseño utiliza métodos de juego como herramientas para derribar barreras y fomentar la discusión.

Además, la instalación de TIDAL está ubicada en la entrada del nuevo Centro Recreativo Comunitario de Shore Acres. El trabajo fue concebido como un hito comunitario en constante cambio, sensible a la gente, el paisaje circundante y las interacciones entre ellos.

Además, el diseño del formulario se generó utilizando datos de la NOAA. Muestra un aumento proyectado del nivel del mar de nueve pies en relación con el objetivo resistente de un aumento de dos pies durante los próximos 78 años. El diseño de TIDAL también incorpora los patrones de marea promedio del área para crear una serie de columnas que fluyen y reflejan e interrumpen el contexto circundante.

Los pilares actúan como olas rompiendo a lo largo de la pasarela principal hacia el edificio. A medida que la gente pasa junto a cada pilar, estos se iluminan y revelan puntos de datos perforados generados a partir de patrones de mareas locales. Luego, los pilares se desvanecen, al igual que las marcas de agua del mar que permanecen en los muelles cuando cambia la marea.

A medida que la gente sigue caminando, comienza a verse reflejada en la obra misma. Del mismo modo, el ángulo desde el que ven la obra empieza a cambiar de color.
«Estas experiencias evocan una reflexión interna a través de las interacciones lúdicas del trabajo», dijeron los diseñadores. El objetivo es presentar la información de manera que las personas puedan comprender visualmente cómo interactúan con el cambio climático, lo que puede marcar una gran diferencia.

Por eso TIDAL está hecho de policarbonato reciclable y aluminio de producción local. Estos ayudan a reducir la huella de carbono de la obra de arte. El trabajo también contiene iluminación de bajo nivel y está ubicado en un lecho vegetal permeable para ayudar en la recolección de agua de lluvia.
+ La conga urbana
Fotografía por María Flanagan